Pero pensar la fe nos abre horizontes infinitos
Como ya anunciamos, vamos a iniciar estas reflexiones
“veraniegas” sobre la fe con el libro “CINCO RAZONES PARA CREER: Experiencias
de la desproporción” del teólogo Serafín Béjar, editado en Sal Térrea 2013
“La desproporción habla de una finitud, que anhela lo
infinito; de un ser temporal, que desea la eternidad; de una contingencia, que
quisiera hacerse necesaria; de un fragmento, que lucha por conseguir el todo.
Por ello, el hombre es el eterno insatisfecho, deseoso de una plenitud que,
curiosamente, no puede concederse a sí mismo, porque le excede. Al final,
pareciera que somos lo que nos falta; es decir, aquello que nos define es, sin
embargo, lo que no nos pertenece, lo que no tenemos”.
“El hombre es el único animal de
esta creación que se hace preguntas, que se cuestiona sin descanso los más
variados aspectos de su existir.”
“Todo esto hace que nuestra
naturaleza humana sea muy abierta; como
si fuéramos un libro en blanco que es necesario ir escribiendo. Somos una pura
posibilidad, estamos por hacer, podemos inventarnos a cada paso. Pero lo
verdaderamente radical en esta apreciación es que el hombre no sólo se hace
preguntas, sino que se convierte en un interrogante para sí mismo, el hombre
todo es pregunta. Eso es, el hombre es un animal problemático no sólo porque se
enfrenta a los enigmas fundamentales de la vida, sino porque él mismo es un
enigma, una pregunta, un problema, una cuestión. Aquello que tantas veces nos
hemos dicho: “Ni yo mismo me entiendo”. De nuevo, bajo otro ropaje, la
desproporción.”
“Estos cinco capítulos quiero proponerlos como cinco
preámbulos a la fe. No son demostraciones, pero sí pretenden ofrecer pistas,
perspectivas válidas para mostrar que el acto de fe implica una profunda
racionalidad”
“El creyente no excluye su razón ya que, al iluminarla con
la fe, la ensancha hasta donde nunca se hubiera imaginado”
“Por tanto, al transitar por estos cinco retratos de la
desproporción, voy a ir mostrando que el hecho de que un hombre encuentre suelo
a su existencia en la fe no es algo arbitrario o caprichoso, sino el resultado Se
cree, por tanto, para ser capaz de dar razón, de una forma más plena, del mundo
en el que se vive. Se cree como una forma de compromiso con la realidad y no
como un modo de huir del mundo. El creyente no excluye su razón ya que, al
iluminarla con la fe, la ensancha hasta donde nunca se hubiera imaginado. La
aparición de Dios en su horizonte de sentido no responde a un paradigma
trasnochado o arcaico, sino al deseo sincero de pensar más allá. de una forma
responsable de situarse en este mundo, una forma coherente de vivir la propia
existencia”
“La razón, por la fe, alcanza su más alta posibilidad. De
ahí que el creyente no aminore la importancia que da a la razón, sino que la
dignifique justo por la decisión vital de creer”
*********************************
No hay comentarios:
Publicar un comentario