miércoles, 1 de abril de 2015

Proyección de la mística de Teresa de Jesús en María Zambrano

El profesor Bartolomé Lara nos ha ofrecido la presentación de su magnífica conferencia y la queremos reproducir para que nos permita ahondar en algunos aspectos.
Proyección de la mística de Teresa de Jesús en María Zambrano


Ávila, 1515 - Alba de Tormes, 1582    
 Vélez-Málaga, 1904 -  Madrid, 1991





                               








               


UBI HUMILITAS IBI SAPIENTIA

LA MÍSTICA UNA CUESTIÓN DISPUTADA
Agustín de Hipona
(Tagaste, 354 – Hippo Regius (también llamada Hipona), 430)
Miguel de Unamuno
(Bilbao,  1864-  Salamanca, 1936)
Javier Zubiri
San Sebastián, 1898-  Madrid, 1983)
José Ortega y Gasset
(Madrid, 1883– Madrid, 1955)
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Alma, me buscarás en Mí,
tú Me buscarás en ti;
el alma se busca a sí misma en Dios
y busca a Dios en sí misma

La mística: una cuestión disputada
Mística no es lo mismo que religión (...) Es una búsqueda religiosa de liberación, mediante la unión y, a veces, fusión con la divinidad, fuente de salvación.
Alfredo Fierro,
El hecho religioso «Cuando se hace un largo viaje se trae algo que contar. El místico, de su travesía ultramundana, no trae nada o apenas que contar… Mi objeción al misticismo es que la visión mística no redunda en beneficio alguno intelectual […] si el misticismo es callar, el filosofar es decir, descubrir en la gran desnudez y transparencia de la palabra al ser de las cosas […] Frente al misticismo, la filosofía quiere ser el secreto a voces.
José Ortega y Gasset, ¿Qué es Filosofía?



Y es que la mística es algo que sucede dentro del alma, dentro de lo natural que hay en un hombre en virtud de algo no natural; en virtud de otra que está fuera de ella... […] En realidad, lo que sucede en la mística no es en manera ajeno a lo humano, ni es cosa de impostores, ni dementes, como el positivismo creyera. Y por extraña que se suponga a la mística dentro del género humano, su gran corriente tan fecunda e inextinguible es como para hacer meditar. Para hacer meditar y pensar que lo que sucede en la mística está al menos fundado en la naturaleza humana, en una posibilidad esencial a ella, tal vez en una condición que se revela en la mística más que en cosa alguna.
María Zambrano, «San Juan de la Cruz, de la noche oscura a la más clara mística»
La mística: una cuestión disputada
              Hemos perdido el alma. Recuperemos el alma

“El hombre actual... huye de sí; hace transcurrir su vida sobre la superficie de sí mismo. Renuncia a adoptar actitudes radicales y últimas: la existencia del hombre actual es constitutivamente centrífuga y penúltima”.
Javier Zubiri, Naturaleza, Historia y Dios

La vida necesita del pensamiento, de convicciones claras, de «saber a qué atenerse», según Ortega dice. Y resulta que el esplendor de los sistemas ha coincidido con la pobreza de convicciones. Agravado por el otro gran lujo: el de la técnica. Mientras la vida se llenaba de instrumentos técnicos, de maravillas mecánicas, de cachivaches de todas clases, el alma y el corazón quedan vacíos y las horas, al ser liberadas del trabajo opresor, transcurren más oprimidas todavía, porque están sujetas a la terrible opresión de la vaciedad de un tiempo muerto.
María Zambrano, La guía, forma del pensamiento

Considerar nuestra alma como un castillo todo de un diamante o muy claro cristal, adonde hay muchos aposentos, así como en el cielo hay muchas moradas. Que si bien lo consideramos, hermanas, no es otra cosa el alma del justo sino un paraíso adonde dice El tiene sus deleites…
Y en el centro y mitad de todas éstas tiene la más principal, que es adonde pasan las cosas de mucho secreto entre Dios y el alma…
Teresa de Jesús, Moradas, I, 1-3
«Hermosura y dignidad de nuestras almas»;
«cielo pequeño»,
«no es baja (se refiere al alma), hija, pues está hecha a mi imagen»; «... no tener en poco alma con que tanto se deleita el Señor»“
Teresa de Jesús, Moradas, I

La mística: una cuestión disputada
Hemos perdido el alma
¿Dónde ha de buscar el ser humano? En el alma
La búsqueda interior: la dialéctica del amor
“no se contenta el alma con menos que Dios” (Moradas, V, 13)
“aquí no hay remedio de resistir… viene un ímpetu tan acelerado y fuerte, que veis y sentís levantarse esta nube caudalosa y cogeros con sus alas” (Moradas, V, 20, 3).
«Desear equivale a esperar que el otro llegue y abra la puerta de lo imaginario donde el sujeto está encerrado. Mientras más intentamos pasar esta puerta por nuestras propias fuerzas, sin pedir y sin obedecer, permanece más cerrada. La obstinación es peor aún. Transforma la puerta en espejo y nos hace penetrar en el laberinto de nuestras imágenes redobladas, y nos hace caer en el pozo sin fondo, el agujero de nuestros desdoblamientos»
D. Vasse, L’autre de désir et le Dieu de la foi. Lire aujourd’hui Thérèse d’Avila

Porque el corazón que mucho ama no admite consejo ni consuelo, sino del mismo que le llagó; porque de ahí espera que ha de ser remediada su pena. Cuando Vos queréis, Señor, presto sanáis la herida que habéis dado; antes no hay que esperar salud ni gozo, sino el que se saca de padecer tan bien empleado.
Teresa de Jesús, Exclamación, XVI

“el Señor me enseñe palabras cómo se pueda decir algo la cuarta agua…Acá no hay sentir, sino gozar… se goza un bien, adonde junto se encierran todos los bienes… Ocúpanse todos los sentidos en este gozo de manera que no queda ninguno desocupado para poder en otra cosa exterior ni interiormente, no queda poder en el cuerpo ni el alma le tiene para poder comunicar aquel gozo.“
Teresa de Jesús, Vida, 18



“Es la causa, que como va conociendo más y más las grandezas de su Dios y se ve estar tan ausente y apartada de gozarle, crece mucho más el deseo; porque también crece el amar mientras más se le descubre lo que merece ser amado este gran Dios y Señor; y viene en estos años creciendo poco a poco este deseo de manera que la llega a tan gran pena como ahora diré.
Teresa de Jesús, Moradas, VI, 11

La mística: una cuestión disputada
Hemos perdido el alma. Recuperemos el alma
¿Dónde ha de buscar el ser humano? En el alma
La búsqueda interior: la dialéctica del amor
El exilio como experiencia mística

Vía iluminativa:  Moradas IV, V y VI
“(...) a quien renunció a toda vanidad y no se ahincó soberbiamente en llegar a poseer por la fuerza lo que es inagotable, la realidad le sale al encuentro y su verdad no será nunca verdad conquistada, verdad raptada, violada; no es aletheis, sino revelación graciosa y gratuita: razón poética”
María Zambrano, Pensamiento y poesía en la vida española

La palabra escondida, a solas celada en el silencio, puede surgir sosteniendo sin darlo a entender un largo discurso, un poema y aun un filosófico texto, anónimamente, orientando el sentido, transformando el encadenamiento lógico en cadencia; abriendo espacios de silencios incalmables, reveladores.
la palabra se volverá hacia lo que parece ser su contrario y aun enemigo: el silencio. Querrá unirse a él, en lugar de destruirle. Es `música callada´, `soledad sonora´, bodas de la palabra y el silencio. Pero al retroceder hasta el silencio ha tenido que adentrarse en el ritmo… porque solo siendo a la vez pensamiento, imagen, ritmo y silencio parece que puede recuperar la palabra su inocencia perdida, y ser entonces pura acción, la palabra creadora (49)
María Zambrano, Claros del bosque

Vía unitiva:  Morada VII
Es un secreto tan grande y una merced tan subida lo que comunica Dios allí al alma en un instante, y el grandísimo deleite que siente el alma, que no sé a qué lo comparar, sino a que quiere el Señor manifestarle por aquel momento la gloria que hay en el cielo […] queda el alma, digo el espíritu de esta alma, hecho una cosa con Dios. (Moradas, VII, 2, 3)

 “Criatura de verdad”
“La identificación, si se realiza por la unión, se da en el morir o en algo que se le asemeja. O se le acerca. La identificación máxima apenas concebida es la de la vida y la muerte; que sólo en el ir muriendo se alcanza, allí donde la muerte no es acabamiento sino comienzo; y no una salida de la vida,  el ir entrando en espacios más anchos, en verdad indefinidos, no medidos por referencia alguna a la cantidad, donde la cantidad cesa, dejando al sujeto a quien esto sucede no en la nada, ni en el ser, sino en la pura cualidad que se da todavía en el tiempo. En un modo del tiempo que camina hacia un puro sincronismo.”
María Zambrano,  Claros del bosque (identificación)


Manuscrito de María Zambrano: (no ne podido reproducirlo)
"Ella, Teresa, la encarnación del instante"
La mística: una cuestión disputada
Hemos perdido el alma
¿Dónde ha de buscar el ser humano? En el alma
La búsqueda interior: la dialéctica del amor
Al otro llega el ser humano que se  trasciende

Primero quise ser una caja de música. Sin duda alguna me la habían regalado, y me pareció maravilloso que con sólo levantar la tapa se oyese la música, pero sin preguntarle a nadie ya me di cuenta de que yo no podía ser una caja de música porque esa música por mucho que a mí
me gustara no era mi música, que yo tendría que ser una caja de música inédita de mi música, la música de mis pasos, de mis acciones…
María Zambrano, A modo de autobiografía
“Voy buscando una luz que me consuma”










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