Francisco Alarcos
sobre “La alegría del amor”
Se trata de echar una mirada transversal para fijarnos más
detenidamente en lo sustantivo por la
novedad que aporta.
La primera impresión: es que uno se pregunta ¿para quién escribe el Papa? después
de dos sínodos, sobre la familia. ¿De qué familia habla? Sin duda ninguna tiene
en cuanta fundamentalmente a la familia occidental. Este documento llega más
directamente a los problemas que tenemos en occidente. Ni las familias
africanas, indias o de América andina tienen estos rasgos. Allí no se descarta
a los ancianos, ni se vive con tanta prisa etc. Quien vive la prisa somos
nosotros, luego podemos decir que no tiene una visión global es una simple
constatación. Hay capítulos, por ejemplo el 1,
en los que nos recuerda lo que todos sabemos…
En el II, nº 33 aparecen tres desafíos de nuestra
realidad: lo frágil de las relaciones,
el rechazo de la institución del matrimonio, y en tercer lugar
que nada es para siempre.
En el nº 34 Nos dice que la familia no es un lugar de
paso, sino un punto de anclaje en la que todo puede vivirse en libertad.
Y en nuestra sociedad en cambio se puede vivir en una gran orfandad de soledad.
Y la familia es un espacio en el que nos construimos como seres humanos.
Nº 36 Aborda el tema de la procreación, que durante
muchos siglos se ha considerado el fin primordial y casi único del matrimonio.
Además como un deber, y se ha ocultado el afecto, la sexualidad, la
intimidad, la complicidad amorosa de los seres humanos. Y precisamente eso es
lo que constituye una comunidad de acogida. Critica el que la familia sea
considerada desde el punto de vista utilitarista porque olvida todo el resto…
(Leer esos números.)
En el nº 37 insiste en formar las conciencias, pero
no sustituirlas. Parece que cuesta trabajo dejar espacio a la conciencia de
los fieles. La pareja es un sagrario en el que no se puede hurgar para decirle lo que está bien o está mal.
Habló también más de compartir que de acompañar.
Comparten las personas, el perro acompaña.
Nº 52 Reconoce la variedad de situaciones familiares…
Leerlo y el nº 52 los derechos de la mujer y el 57 en donde la familia no se queda
en un estereotipo, a partir de las reflexiones sinodales. No aceptar esta
realidad sería caer en la trampa de las quejas. Otra trampa sería la idea de la
familia ideal. La familia, la pareja es la artesanía del amor. Hay brotes,
señales del Reino en donde hay amor y respeto.
Y llegamos a uno de los puntos en que se abre el horizonte a
una auténtica creatividad, se trata de saber qué es el Sacramento del
matrimonio. Desde luego no es una convención social. El Sacramente es el signo
visible del amor de Jesucristo y su Iglesia. Hasta el concilio de Trento no
cuajaron los sacramentos. Antes había bendiciones, y que los más mayores hemos
conocido, que se hacían ante la comunidad, pero no era sacramento.
Defiende la indisolubilidad del sacramento. Que Jesús está
con su comunidad lo visibiliza el matrimonio. Porque el sacramento lleva
consigo una dimensión ministerial,
es vocacional, es para los demás…
Podría pensarse en unos sacramentos gradualizados como sucede con el sacramento del Orden:
diácono, presbítero, obispo. Lo mismo podría hacerse con el matrimonio: empezar
con la bendición y llegar al sacramento por vocación… El Papa está indicando
esa creatividad…
Nº 72 La decisión de casarse debe ser fruto de un
discernimiento vocacional
Seguimos leyendo:
Cap. IV Da buenos consejos…no terminar el día sin hacer las
paces… que se cuide la alegría, el momento de intimidad, de gozo…
Nº 163 Muy importante, reconoce que no podemos prometernos
tener los mismos sentimientos durante toda la vida, pero sí tener un proyecto común que nos compromete
No confiarnos al
sentimentalismo sino proyecto pensado, amasado. Crecer
en sabiduría
Cap. V Transmisión de la vida,.. Paternidad responsable,
asumir la responsabilidad de las vidas que se traen al mundo.. nº 71 Valora el
feminismo. La alegría de la maternidad
Nº 199 En diálogo desarrollar nuevos caminos pastorales.
Nº 211 Ante esta realidad no se trata de imponer normativas.
Nº 241 Hay que reconocer que la separación a veces es
moralmente necesaria, inevitable…
por proteger a los hijos…No siempre hay que aguantar…
Nº 243 A las personas divorciadas hacerles sentir que son
parte de la Iglesia
Cap. VII La educación de los hijos, es la familia el primer
espacio educativo.
El Cap. VIII que ha levantado tanta polvareda, lo que está en
juego es una tradición de la Iglesia. Hay quien defiende las cuestiones de
moral como si fueran dogmáticas. Y la moral nunca es dogma. Si en
lugar de recibir un sacramento sin saber bien lo que hacían, sin saber lo que
realmente comporta, hubiera habido una bendición no estaríamos en la situación
actual. Este es otro campo en el que la Iglesia tendrá que dar un impulso
creativo.
Leer todo el capítulo.
No se va a disolver el dogma: el matrimonio es indisoluble;
pero hay que hacer un discernimiento adecuado, sabiendo que no hay recetas sencillas.
Los divorciados deben de ser integrados en la Iglesia como madre que los acoge.
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